Beatriz de Frutos. Coach Certificada en Lego Serius Play®
En mi colegio aprendo con LEGO, desde las matemáticas a la lengua.
El juego es el elemento más clave para el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños puesto que aprenden a conocer la vida jugando. Muchas veces hemos escuchado la frase de “los niños son esponjas” son capaces de aprender todo lo se les ponga por delante de una forma fácil y sencilla. No filtran, no tienen prejuicios (esto no vale para el futuro, esto sí…) no tienen miedos como los adultos al qué dirán, y sobre todo disfrutan porque aprenden jugando. Con lo cual se cumplen los principales requisitos para el aprendizaje desde el punto de vista de la neurociencia educativa: disfrutar, emocionarse y hacer.
Si esto es así, y solo tienes que pararte a observarles, porque no enseñarles las habilidades de las que vemos que carecen los adultos y son fundamentales tanto en el ámbito personal como en el profesional para la vida. ¿Cuánto nos hubiera gustado que nos hubieran enseñado algunas herramientas que hemos tenido que aprender sí o sí?
La metodología LEGO SERIOUS PLAY ® propone distintos retos para trabajar tanto individual como en grupo el desarrollo de habilidades. Lego propone interconectar los contenidos curriculares de la clase con el significado individual que para cada uno tiene.
Uno de los más intensos retos que se propone es que tomen conciencia de lo que significa escuchar y manejar sus conflictos cuando son conscientes de que los demás no les escuchan y cómo es su manera de reclamar atención. Algo que luego se acentúa en adultos y continuamos con fórmulas que no nos son productivas ni para nosotros mismos ni para alcanzar nuestros objetivos.
Otro gran desafío es la construcción de “historias compartidas”, dónde se construye un modelo común del grupo en base al modelo individual de cada uno. Ellos mismos tienen que defender su historia a la vez que comparten y entienden las historias de otros, lo que les lleva a ser flexibles, conocer el objetivo común, gestionar sus emociones y planificar acciones para conseguirlo.
Y todo ello jugando, divirtiéndose, interactuando con compañeros y sacando conclusiones que se ven aplicables a la vida real y diaria de inmediato.
Si de niños hubiéramos tenido la oportunidad de formarnos y desarrollar estas y otras habilidades no cabe duda que hubiéramos avanzado más rápido en ámbitos sociales, personales y profesionales. Que bien que ahora estas herramientas estén al alcance de nuestros hijos. Cambiar las clases y hacerlas más conectadas se presenta como reto para la nueva educación 4.0. Un gran camino comienza ante nuestros pies mediante experiencias que transforman.
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26 de octubre de 2017